HUMITOS
Te lo digo en tu idioma
miércoles, 29 de agosto de 2012
TRASFONDO
Aquellas ramas como lluvia
un túnel pasajero. El silencio
El árbol escondido. El viento
me despeina recuerdos.
El olor rancio, tu ácida cara
enojada, podrida. Esta mañana
como piedra, duro adiós
y el fin de todo.
Así como las nubes caminan ligeras.
Así como la luz se cuela entre las hojas.
Ese pájaro me anida una dulzura despiadada.
Acaso no saben que no puedo sonreír.
Paz, argumento osado.
La tarde siniestra me ayuda a pensar
cómo desarmarme de vos.
HUMO
miércoles, 8 de agosto de 2012
CARICIAS
La luz desparrama tu mirada. Ella se desliza sobre mi
pintándome de azul, frío matiz que se acurruca
en el calor de tu boca.
Este invierno nos abriga. Tapados hasta la nariz
la siesta es una fiesta donde desenredamos sueños.
Tu cuerpo un ovillo que tejo y destejo
un manto de estrellas que penden del hilo de mi voluntad.
Así, entre silencios y risas de tanta novedad, envejecemos
pero no de viejos ni de sabios. Sino que
el tiempo derrotamos, cada minuto de felicidad.
HUMO
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
EL EXPLORADOR...by Humo.
LOS HIJOS
Los hijos son el único, puro y verdadero e incondicional amor
que existe...
que existe...
UN DÍA DE FURIA
Me arrancaste la sonrisa de la cara
a girones, con palabras nauseabundas.
No mediste consecuencias,
poco te importó el impacto de tal acto.
Sentimientos rotos,
dolor agudo y sangrado.
Me quebré por dentro
y afloró la lágrima,
la rabia, la impotencia.
Abriste la puerta equivocada
e invadiste mi espacio
como un ratero,
escupiendo el odio visceral
de tus entrañas
a lo más sagrado, que es, un hijo.
Fué un golpe bajo, inesperado.
Yo, no lo merecía.
Y vos... vos, me das asco!
a girones, con palabras nauseabundas.
No mediste consecuencias,
poco te importó el impacto de tal acto.
Sentimientos rotos,
dolor agudo y sangrado.
Me quebré por dentro
y afloró la lágrima,
la rabia, la impotencia.
Abriste la puerta equivocada
e invadiste mi espacio
como un ratero,
escupiendo el odio visceral
de tus entrañas
a lo más sagrado, que es, un hijo.
Fué un golpe bajo, inesperado.
Yo, no lo merecía.
Y vos... vos, me das asco!