
Al despertar siento el calor en el hueco de tu almohada.
La abrazo con fuerza y compruebo tu olor silvestre y adorado.
Te levantaste para ir al trabajo.
Siempre responsable del sustento, de que no nos falte nada.
Remolona me despierta el aroma del café que acostumbras
preparar por la mañana.
Son tus gestos tan bellos los que disfruto y valoro.
Me haces tan feliz!...
Bajo las escaleras sonriendo, después de todo eres el
responsable de mi buen humor! Siempre una nota, un te quiero
sobre la mesa del comedor, rutina que aún me sorprende.
Vas dejando huellas, tu perfume se percibe en el toilette.
Sé que te peinaste el cabello y lavaste tus dientes dejándome
la toalla húmeda y desprolija, cosa que detesto y no puedes
evitar aunque lo intentes y aunque me enoje confieso que es
un rasgo que me puede, que me enamora, me deleita y me asombra
de mi misma ser tan contradictoria. Advierto el sonido del
llamador de cucharas de plata de la puerta de casa, aún se mece
timidamente, desde tu salida. Sé, porque rincón de la casa
anduvieron tus pasos. Todo se llena de ti,...precisa, preciosa
y cotidianamente. Eres tan imprescindible y amado que
realmente, no imagino, cómo sería mi vida sin ti.
HUMO