Cada día es una vida, un lamento, mil intentos
en los que cree que lo puede cambiar...
Teme el abismo conque la mira
la distancia que suman sus cuerpos
la incomodidad de su risa, el molesto roce
el beso automático.
Morir sin remedio.
Piensa que es imposible reconquistarlo
que el tiempo la hizo añicos
que postergó lo impostergable
y su almita es condenada.
Suma los momentos mágicos, esos que escasean
como una ladrona le saca el amor a bocados
se contenta con poco
y muere al mediodía.
A veces se le ocurre acercarse, sorprenderlo
amansarse...
Pero él no repara en detalles y la mata indiferente
como quien pinta de negro la noche tenue
y se ahoga en sus brazos.
Lucha ferviente contra molinos de viento
ni siquiera es la Dulcinea de un loco
ni siquiera el esbozo de un cuento.
Pero lo intenta, siempre intenta
no cerrar sus ojos.
Entonces contempla sus manos
su alianza, la fotografía y llora sin consuelo
como pañuelo su almohada
con todo su dolor, acurrucada.
7 vidas bastan para morirse de a poco
sin compañía, ni remordimientos.
Desde hoy ella desanda caminos, desata miedos.
Desde hoy decide ser eterna para otros ojos.
HUMO