Todo fue caos.
La guerra y los problemas climáticos se agudizaron.
Durante muchos años fuimos alertados de las terribles
consecuencias, sin embargo...
El amor no pudo con el hambre, ni la fe, ni los rezos.
Nos azotó la tormenta y al llevarse todo nos dejó apenas
la pena de estar, de quedar, de padecer.
La tierra hundida, ahogada en el lodo y con ella el alma
que vendimos por nada.
La ayuda fue escaza y hasta el agua comenzó a faltar.
Violencia, saqueos poblaban las calles hasta que la muerte
comenzó a llegar.
Hace ya seis meses que reina la noche, el sol ha explotado
y no existe mas.
El hambre acusa y nubla la mente, algunos empezaron a
comerse entre si.
Ahora el silencio es, mi mejor aliado. El tiempo infinito,
ya no duermo mas.
No sé, con que fin escribo esta carta. Jamás la leerás, lo sé
desde que te arranqué los ojos y comí tu lengua y luego
todo lo demás.
HUMO
