
Tengo sed de ti, de tus labios.
De tu boca que loca provoca mi dulce sufrir.
Tengo antojo, de besos rabiosos que
arranquen de a poco mi rojo latir.
Tengo ganas furiosas de amarte,
como un chocolate tu piel derretir.
Arrancar tu lasciva mirada que muere por mi.
Respirarte poro a poro y sucumbir en un grito
sordo que arrase la tierra en el devenir.
Y una vez gastada y harta la cama evaporarme
sin rastros ni nada que me recuerden a ti.
HUMO