HUMITOS
Te lo digo en tu idioma
miércoles, 16 de julio de 2014
LAS VUELTAS...
Tengo al menos dos ideas sustanciosas, ellas me recorren por completo, me inclinan y hasta me devoran con insistencia.
Son tan crueles y hermosas y abarcan tanto de mi, que me exasperan.
Motivan sueños casi imposibles de intentar, pero desprenden frangancias tan elocuentes que llegan a ser irresistibles a cada fibra de mi piel.
Como explicarles que no, que aún no es tiempo, que no soy tan valiente como ambicionan.
Que se creen, las muy soberbias y altaneras. No me van a doblegar, tengo mi caracter y hasta mi instinto singular.
Tal vez espero el toque de gracia, tal vez el milagro que conceda la arremetida voluntad.
Ideas locas, que me despiertan un lunes por la mañana y me agarran con fiaca, con remolona.
Soy una simple mortal con pocas dosis de paciencia, me la sacaron mis cuatro hijos en pura educación.
Testarudas, me van a reventar la cabeza, les concedo una acción y no me hago responsable, para ser feliz hay que ser valiente
y yo no creo en el azar pero por primera vez me la juego, con caballitos de batalla a cuestas, con coraje y un par de ases en la manga.
Me preparé toda la vida, tal vez un giro del destino, el primer vuelo sin alas o simplemente la ganas de vivir.
Allá voy!
HUMO
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EL EXPLORADOR...by Humo.

Un mundo por descubrir.
LOS HIJOS

Son la parte más bella de mí...
Los hijos son el único, puro y verdadero e incondicional amor
que existe...
que existe...
UN DÍA DE FURIA

Tengo mi temperamento...
Me arrancaste la sonrisa de la cara
a girones, con palabras nauseabundas.
No mediste consecuencias,
poco te importó el impacto de tal acto.
Sentimientos rotos,
dolor agudo y sangrado.
Me quebré por dentro
y afloró la lágrima,
la rabia, la impotencia.
Abriste la puerta equivocada
e invadiste mi espacio
como un ratero,
escupiendo el odio visceral
de tus entrañas
a lo más sagrado, que es, un hijo.
Fué un golpe bajo, inesperado.
Yo, no lo merecía.
Y vos... vos, me das asco!
a girones, con palabras nauseabundas.
No mediste consecuencias,
poco te importó el impacto de tal acto.
Sentimientos rotos,
dolor agudo y sangrado.
Me quebré por dentro
y afloró la lágrima,
la rabia, la impotencia.
Abriste la puerta equivocada
e invadiste mi espacio
como un ratero,
escupiendo el odio visceral
de tus entrañas
a lo más sagrado, que es, un hijo.
Fué un golpe bajo, inesperado.
Yo, no lo merecía.
Y vos... vos, me das asco!