Me dejaste sensaciones felices y tristes en tu pasar.
Me enseñaste a mirar mi pequeño universo personal
con una postura diferente.
A veces mi rebeldía para aceptar ciertas circunstancias
me enfermó, y aprendí que no es bueno callar cuando
necesitas decir tu verdad y que también debo dejar fluir
porque el tiempo hace que las cosas se acomoden y
ocupen el lugar que deben y no el que se les impone.
Aprendí que no necesito dinero para ser feliz y que soy
inmensamente rica en afectos que por supuesto el dinero
no puede comprar. Que me ayudaste a cruzar puentes,
conectándome con asombrosas personas, aprendiendo
a recibir lo mucho que tienen para dar. Aprendí a medir
sensibilidades, a ser oído y consejera y a experimentar
catarsis colectivas, que me sirvieron mucho para conocer
otros pensares y los mios propios a través de...
Acepté quererme un poquito más cada día y abrirme a
la causalidad, al destino. Y que si bien, envejecer es una
obligación, crecer es opcional y yo elijo crecer en mi vida.
Así te despido año viejo y así te espero con brazos tendidos
2013!!!
Ven, pasa por la misma puerta y bésame
deliberadamente en la cara, desvísteme y amáme porque
deseo vivirte sin límite, sin prisa pero sin pausa en la
atemporalidad de mi ser.
HUMO