
A veces no encuentro la primera palabra. Esta ahí, palpitante.
Es como un regalo cuando se abre y toda expectativa florece o
marchita según el anhelo.Pero cuando se desenreda en la mente
cuando balbuceo sus primeras sílabas, amanece en una hoja
blanca. Un sueño, mas bien una promesa. Un mundo por decir
construir o armar con pequeñas dosis de magia.
La primera palabra es como el aire que parpadeo en ese instante
único, predestinado o previo a desvestir mis sentimientos frente
a vos, que estas ahí y estas leyendo.
HUMO